Un verdadero tobogán de polémicas y noticias incómodas ha debido enfrentar el General Bruno Villalobos en los últimos dos años. El director de Carabineros, a quien hoy “se le indicó” volver de sus vacaciones desde Miami para enfrentar el escándalo de los supuestos montajes en la operación “Huracán”, ha sido la cara visible de una institución que hoy aparece cuestionada y que muestra una caída reputacional significativa.

El análisis de Conecta Media indica que incluso antes del escándalo por el millonario fraude contable en Carabineros, la cobertura que destacaba a Villalobos ya venía subiendo. Un hito polémico fue su video donde declaró que defendería -al borde de la deliberación- el sistema de pensiones de Carabineros, en el contexto de posibles reformas.

Pero sin duda lo que ha marcado su presencia en medios fue el desfalco, con sus numerosas y bochornosas aristas, y su monto que parece crecer sin fin (va en más de 26 mil millones de pesos). La palabra “fraude” inundó una cobertura en la que él tuvo una presencia protagónica.

Luego de eso lo acusaron de no pagar contribuciones por una parcela en Peñaflor, tuvo que declarar como testigo en un caso de DDHH, y ahora aparece en el centro del huracán por las pruebas supuestamente fabricadas en la investigación por los casos de violencia asociadas a la reivindicación mapuche.

Si bien ha demostrado un talento de sobrevivencia único, es probable que la presión política y mediática lo estén poniendo muy cerca del final de su gestión.